Cuidar la autoestima
¿Cómo te tratas cuando cometes un error o no logras tus objetivos?
¿Hay algo de ti que rechazas profundamente?
¿Priorizas las necesidades de los demás a las tuyas?
La autoestima es el conjunto de creencias, sentimientos y comportamientos dirigidos a nosotros mismo. La forma en la que nos valoramos y nos tratamos, va influir directamente en nuestra percepción de valía personal y en nuestro estado de ánimo.
Aprender a amarse bien, significa tratarnos con humanidad. Se nos olvida que somos seres únicos y especiales por el simple hecho de SER.
Hemos aprendido erróneamente a darnos valor por medio de los resultados obtenidos y la valoración de los otros. Parece que el cariño hacia nosotros/as mismo/a lo tenemos que merecer, por metas a veces imposibles de alcanzar.
-
Saber darnos autocompasión ante nuestros errores, ser consciente de nuestras necesidades para promover conductas de autocuidado y amabilidad
Algunas actitudes o comportamientos que generan violencia hacia nosotros mismos, y por lo tanto destruyen nuestra autoestima son:
- La autoevaluación de nuestro Ser, ligado a los resultados. Es necesario evaluar los acontecimientos y circunstancias de nuestra vida de forma que nos ayuden a aprender y seguir haciendo elecciones que estén a servicio de nuestra vida. Pero si la manera que tenemos de evaluarnos, nos conduce a sentir vergüenza y culpabilidad, estamos permitiendo que nuestros aprendizajes estén guiados por el odio hacia nosotros mismo/a. Estas actitudes desembocan en sentimientos de incapacidad y estados depresivos.
-
Utilizar un lenguaje que genere autonomía y libertad, son algunas claves para cuidar nuestra autoestima, y para amarnos bien.
- Las exigencias: El uso frecuente de la palabra debería en nuestro lenguaje, nos lleva precisamente al bloqueo. Casi siempre que usamos esa palabra nos resistimos a aprender, porque el debería implica que no tenemos elección. Cuando percibimos cualquier exigencia, los seres humanos tendemos a oponer resistencia, porque se ve amenazada nuestra autonomía y nuestra imperiosa necesidad de elegir.
¿Has estado alguna vez charlando con un psicólogo?
Dudas frecuentes:
En la actualidad (pero afortunadamente cada vez menos) sigue persistiendo la creencia de que acudir al psicólogo es para los que están «enfermos» o «realmente mal».
Estamos en una sociedad en la que no nos enseña a manejar emociones difíciles como el dolor, la rabia, la tristeza y la vamos aprendiendo torpemente según van llegando a nuestra vida.
A veces utilizamos estrategias de evitación para no sentir aquello que nos incómoda y nos hace sufrir, alejándonos de lo que para nosotros es importante y generando más sufrimiento.
Algunas señales que te ayudaran a tomar la decisión de acudir al psicólogo son:
Cuando tus emociones «desagradables» duran la mayor parte del día, y que afectan a la relación con los otros y contigo mismo/a.
Cuando tus emociones son tan intensas que sientes que no puedes manejarlas.
Cuando tus pensamiento se vuelve obsesivos y te crean sufrimiento.
Cuando utilizas estrategias de evitación para eliminar tus emociones.
Cuando te alejas de las cosas que son importantes en tu vida.