Tus valores, tu brújula sentimental

Las relaciones personales son sin duda una fuente inagotable de sentimientos encontrados. El amor es un sentimiento poderoso que nos da vida y nos impulsa a crecer.
Sin embargo, este sentimiento solo se mantendrá en el tiempo, si a través de nuestras acciones, cuidamos y enriquecemos nuestro vinculo de pareja.

Hay obstáculos que son insalvables, como la elección por parte de uno de los miembros de no ser padre, cuando el otro sí quiere serlo, o de vivir en otra ciudad. Otras veces, ese sentimiento va cambiando a lo largo de los años, desgastándose si no lo cuidamos, por acontecimientos externos, como la crianza de los hijos, el estrés laboral, el cansancio, la falta de tiempo.

Las creencias que se tiene de cómo debería ser una pareja, las expectativas que se vuelcan en el otro/a, la manera que tenemos de gestionar nuestros sentimientos difíciles, como la frustración, la inseguridad y la rabia, nuestras heridas del pasado, son algunos factores que van a influir en la estabilidad del vínculo afectivo.

Son muchas las olas y mareas con las que se enfrenta las parejas en su navegar por sus relaciones, y no es de extrañar que muchas veces abandonemos el barco cuando bajo una tormenta, no nos ponemos de acuerdo en cómo llevar el timón.

Para navegar bajo fuertes temporales, es importante saber cuál es tu puerto. ¿Hacia dónde te quieres dirigir?,  la respuesta a esta pregunta son tus valores personales. Estas son algunas preguntas que nos ayudan a reflexionar sobre tus valores en la relación de pareja:

¿Qué tipo de compañero/a te gustaría ser en una relación afectiva?

¿Qué cualidades personales te gustaría desarrollar en esta relación?

¿Cómo tratarías a tu compañero/a si en esta relación fueras el «tú ideal»?

¿Qué tipo de relación quieres construir ?

¿Qué tipo de actividades quieres realizar regularmente con tu pareja pareja?

¿Qué clase de pareja quieres ser cuando sientas dudas o ambivalencia hacia tu relación?

Tus valores, son la brújula que señalan la clase de pareja que te gustaría ser. Los valores son direcciones, no son objetivos. Ser una buena pareja, no se alcanza nunca. Es un trabajo infinito, que se construye cada día, y que depende de nuestras acciones.

Te invito a que reflexiones sobre tus valores a través de este ejercicio:

EJERCICIO DEL FUNERAL

Imagina que has fallecido y que estás presenciando tu propio funeral. Pregúntate y apunta, qué desearías oír a tu pareja sobre tí. ¿Por qué te gustaría que te recordara tu pareja? ¿qué querrían que dijera su familia y amigos sobre tu relación y la clase compañero que fuistes? Recuerda, no se trata de lo que dirían en realidad sino de lo que, idealmente te gustaría escuchar.

Una vez, que has reflexionado sobre lo que es importante para tí, te invito a que elijas acciones que cuiden de tus valores. Por ejemplo, si un valor es ser expresivo, elige un momento en tu día para generar un espacio de diálogo con tu pareja. Si es importante para tí el cariño, ¿qué acciones podrías llevar a cabo para ser más cariñoso/a?

¿Qué acciones puedes poner en práctica en el aquí y ahora para dirigirte hacia «relación de pareja ideal»?

Para terminar, te invito a reflexionar: ¿tus accciones del presente son coherentes con tus valores?